sábado, abril 4

Una historia casi universal. La historia de los no visibles

El escritor presentó en México su nueva obra titulada Espejos. Historia casi universal.

Leonardo Bastida Aguilar
México DF, abril 03 de 2009.
Espejos. Una historia casi universal de Eduardo Galeano es un texto que narra en breves capítulos el devenir del ser humano en el mundo. Pequeños fragmentos referentes a momentos o personajes trascendentales a lo largo de la historia de la humanidad.
De esta manera aparecen Adán y Eva para concebir al ser humano, así como los hombres de barro, la escritura, los alfareros, la agricultura y muchos otros inventos y personajes de suma relevancia para el acontecer humano.
Sin embargo, Galeano, fiel a su concepción de dar voz a los de abajo, a los olvidados, a los que están entre la niebla, en esta historia casi universal, hace referencia a aspectos que la sociedad ha pretendido olvidar.
De esta manera, aparece como un referente histórico, Safo, “En el año 1703, la Iglesia Católica, bastión del poder masculino, mandó quemar todos los libros de Safo.” Escribe Galeano, que agrega, “A los machos no nos cae muy bien eso de que una mujer prefiera a otra mujer…”.
La homosexualidad ha sido muy condenada, desde tiempos remotos, o más bien desde tiempos modernos, Galeano da fe de estos hechos en la Venecia del siglo XV, en pleno quatrocento italiano, época del Renacimiento “Para eludir el castigo, algunos homosexuales se disfrazaban de mujeres y se hacían pasar por prostitutas.”
Este no es el único hecho, el apartado “El Diablo es homosexual” lo demuestra, en la Inglaterra de estos años se condena a muerte “a quienes hubiesen tenido relaciones sexuales con animales, judíos o personas de su mismo sexo”.
El escritor uruguayo argumenta esta situación parafraseando al historiador Richard Nixon quien afirma que a los griegos los destruyó la homosexualidad, al señalar que a sus grandes pensadores como Aristóteles y Sócrates, esto los corrompía y que sólo personas como Adolfo Hitler tomaron medidas para salvar a Alemania del peligro de la homosexualidad, castigando a los culpables del aberrante delito contranatura.
Pasajes de la vida de artistas como Leonardo Da Vinci, que la historia se ha encargado de borrar, son referidos por Galeano “…los vigilantes de la moral pública…arrancaron a Leonardo del taller del maestro Verrocchio y lo arrojaron a una celda. La homosexualidad se pagaba con fuego, y una denuncia anónima lo había acusado de cometer sodomía en la persona de Jacopo Saltrelli”.
Walt Whitman, célebre poeta estadounidense, autor de Hojas de hierba y revolucionario en los cánones poéticos, fue víctima de censura en 1882 en Boston, Massachussets, durante su intento de publicar una segunda edición del poema, narra Galeano: “En algún tramo de Hojas de Hierba alcanzó a insinuarlo, pero en los demás poemas, y hasta en sus diarios íntimos , se tomó el trabajo de corregir his por her, escribiendo ella donde había escrito él”.
Oscar Wilde es otra referencia presente, calificado de corruptor de costumbres, su obra fue sepultada por el marqués de Queensberry, quien al saber que su hijo y el escritor irlandés sostenían un romance, decidió encarcelar a Wilde y censurar su trabajo.
En el siglo XX, el padre de las computadoras, Alan Turing, fue llevado a prisión en 1952 por indecencia grave, se declaró culpable de homosexualidad y se sometió a un tratamiento de curación con tal de salir en libertad. Comió una manzana con cianuro.
Espejos. Historia casi universal, refleja lo que otros espejos nunca han reflejado, las verdades calladas y los hechos que parecen simples anécdotas pero muestran el verdadero devenir del ser humano, ese devenir que se niega por ser diferente o que bajo alguna ideología se ha etiquetado como diferente. “Los homosexuales era libres en América…hasta que los europeos les arrojaron perros creyendo que era contagioso. (Eduardo Galeano).

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