lunes, abril 6

Mujeres respondiendo al SIDA


Gina después de una jornada de detección temprana en la Glorieta Insurgentes
Foto Polo Gómez

Hace 20 años Gina fue conciente del mundo del VIH. La convivencia cotidiana con su pareja, con diagnóstico de VIH positivo, le cambió la vida. Ante un panorama frente al cual la mayoría de las personas se derrotan, Gina aceptó el diagnóstico de su compañero y decidió construir un futuro junto con él.
Con una base firme sustentada en el amor, el respeto y la esperanza, estableció para ella y su pareja una relación segura, en la cual, gracias al uso continuo y sistemático del condón, ella se mantuvo VIH negativa.
Actualmente, Gina es la coordinadora nacional del Movimiento Mexicano de Ciudadanía Positiva, organización de mujeres infectadas o afectadas por el VIH conformada en 1996. Sus objetivos centrales son incidir en las políticas públicas de salud y lograr la intervención de la ciudadanía frente a un problema que la involucra, como es la pandemia de VIH/SIDA.
Gina y las mujeres del Movimiento se consideran unas guerreras que no se conforman con las condiciones en las que la vida las ha colocado. Valientes, trabajadoras, concientes de su poder, se dedican a promover el fortalecimiento de las mujeres, jóvenes y niñas que viven y conviven con el VIH en México, y a propiciar el cumplimiento de sus derechos humanos, en los servicios que ofrecen el IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud.
A mediados de la década de los ochenta, cuando la epidemia del VIH iniciaba en México, había una mujer infectada por cada 30 hombres. En los últimos diez años, esta proporción ha cambiado de forma radical, y actualmente hay una mujer viviendo con VIH por cada seis hombres.
Gracias al proyecto “Respuesta ciudadana de las mujeres a la vihda con perspectiva de género” que se desarrolló en Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Yucatán, el Estado de México y el Distrito Federal, esta organización trabajó con mujeres pobres, marginadas por la ignorancia y el estigma, y discriminadas por los servicios de salud, para fortalecer sus capacidades a partir del ejercicio de sus derechos.
“El apoyo de Semillas nos ha permitido consolidarnos como red de mujeres infectadas o afectadas por el VIH, reconocernos y actuar en consecuencia. Nos hemos colocado como líderes en estados en donde no teníamos presencia. Hemos asumido el problema desde una perspectiva de género y le hemos otorgado un lugar real en la agenda de la feminización de la pandemia en México”, señala Gina.
El trabajo de Gina y el Movimiento Mexicano de Ciudadanía Positiva ha hecho visible la problemática específica de las mujeres y el VIH, y las ha llevado a un lugar protagónico en la lucha por sus derechos. Ahora van por el logro de nuevas metas que incluyen constituirse como una red nacional y, a partir de acciones de prevención, lograr su mayor sueño: ni una mujer más infectada por el VIH/SIDA.

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