Barré-Sinoussi ha comparecido ante los medios de comunicación tras pronunciar ayer una conferencia en Bilbao dentro del ciclo "Nutrición y Salud", organizado por la Fundación BBVA y el CICbioGUNE, en colaboración con la Unidad de Biofísica de la Universidad del País Vasco (UPV) y el British Council.
Esta científica, co-descubridora del virus del sida junto a Luc Montagnier, ha denunciado que los dirigentes políticos de algunos países "no tienen en cuenta" a este colectivo de enfermos y ha asegurado que los investigadores tienen la responsabilidad de "convencerles" para que desarrollen estrategias que permitan el acceso universal al tratamiento.
En este objetivo también es importante el "esfuerzo financiero" de Naciones Unidas, así como "trabajar" junto a los movimientos sociales que han "presionado" para que se rebaje el precio de esos medicamentos y sean asequibles para los enfermos en cualquier continente.
"Si no se consigue ese acceso universal -ha asegurado- será una catástrofe, porque es la única forma de ralentizar la epidemia".
La también directora de la Unidad de Regulación de Infecciones Retrovirales del Instituto Pasteur ha apuntado que, en la actualidad, la "única medida de prevención" ante el sida es la utilización del preservativo, porque conseguir una vacuna "requerirá mucho tiempo".
Por ello, ha afirmado que las declaraciones que realizó el Papa en su reciente viaje a África en contra del uso del condón y a favor de la abstinencia resultan "peligrosas", además de "sin base científica, porque está comprobado -ha recalcado- que el preservativo es efectivo para proteger de la infección".
"Predicar la abstinencia sexual -ha indicado- es estar lejos de la realidad de la vida. Las declaraciones del Papa -ha añadido- no son propias de alguien que debe ocuparse de la humanidad".
La investigadora ha mantenido que muchos religiosos que viven en África y "tienen la realidad frente a sus ojos" no comparten la postura del Papa e incluso, según ha agregado, "reparten preservativos. Desde aquí quiero felicitarles por su valor", ha dicho.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1981, año en que se describió el primer caso de infección por sida, este virus ha afectado a unos sesenta millones de personas y de ellas han muerto veinticinco millones.
La mayor prevalencia de este enfermedad hoy en día se sitúa en África; domina la transmisión heterosexual y las mujeres jóvenes son las más vulnerables.
En todo el mundo, según ONUSIDA, menos de una persona de cada cinco en riesgo de contagio tiene acceso a los servicios de prevención básicos contra esta enfermedad y a mediados de 2006 sólo el 24 por ciento de los enfermos tenían acceso al tratamiento contra el VIH.