Le enviamos el artículo publicado el día: martes 1 de noviembre del 09 en el periodico: El Universal Sección: DF:
No hay cifras de infectados en este sector, dicen asociaciones
Sara Pantoja
Los testimonios en el camino refuerzan la alerta: “En muchos tramos de las carreteras hay prostitución, ahí es donde se corre el riesgo de infectarse de sida”, dice Alejandro, trailero desde hace 15 años.
Lo preocupante es que en México no hay estadísticas; no hay control, prevención ni atención médica suficiente, según la representación en nuestro país de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF).
Estudios nacionales e internacionales dicen que los camioneros figuran entre los grupos más vulnerables para el contagio, al mismo tiempo que marineros, pilotos y sobrecargos.
La razones se centran en que pasan largas temporadas lejos de su hogar y que están expuestos a la enfermedad por los encuentros sexuales esporádicos y sin protección.
Así lo indica el informe de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) titulado: “VIH/sida y trabajo: estimaciones globales, Impacto y respuesta” que se realizó desde 2004.
Traileros entrevistados cuentan que “en el mundo de las carreteras desde siempre ha existido el sexoservicio y, en consecuencia, el riesgo de contagio”.
Dicen que hay pueblos pequeños pegados a las carreteras que prácticamente sobreviven de esta actividad, lo mismo con jovencitas que con mujeres mayores de 50 años.
La dinámica es sencilla: “Cuando estamos parados en las zonas de descanso o donde hay pequeños restaurantes, nomás oyes cuando te tocan la puerta y por la ventana te preguntan: “¿No quieres servicio? ¿se te ofrece algo? Esa es la clave”, detalla Guillermo, de 59 años, quien ha visto mucho esa situación.
“Hay mucha prostitución, pero ya depende de cada uno. Hay quienes no recurrimos a eso por sanidad, por el riesgo a una enfermedad de transmisión sexual”, continua.
De las cuotas por este servicio, dice no saber, pero supone: “Debe ser muy poco porque normalmente los traileros no andamos con mucho dinero encima por aquello de los asaltos”.
Puntos rojos
Por los años que llevan frente al volante, los transportistas, que pidieron resguardar sus nombres por temor a ser identificados entre sus grupos, ya tienen detectados los puntos “rojos”: llegando a Tlaxcala, en la carretera hacia Querétaro y cerca de San Luis Potosí, en el centro del país. “Es lógico que uno las busque, si te la pasas tanto tiempo sin llegar a tu casa, lo que quieres es sexo para alivianarte”, dice Alejandro.
Los puntos más certeros son los que están alejados de las casetas de cobro, ahí donde ya no llegan las luces ni la vigilancia de los elementos de la Policía Federal de Caminos.
“Ahí se ven las mujeres, en plena orilla de la carretera con sus minifalditas aunque esté haciendo un chorro de frío, nomás se ve que tiemblan mientras están esperando cliente”, relata entre sonrisas Salvador.
Homosexuales y travestis
Los camarotes de sus tráileres, las cabinas o algunos hoteles que pueda haber de paso son usados para los encuentros sexuales. Hacia el norte, en las divisiones hacia Monterrey, Saltillo, Ramos Arispe, Mazatlán y Nuevo Laredo también se pueden encontrar lugares donde encontrar sexo. La novedad, cuentan los entrevistados, es que en algunas partes existen zonas donde el servicio ha cambiado de cara y de preferencia: los gays y los homosexuales constituyen ahora la mayor parte de quienes ofrecen este servicio.
“Así de lejos, si se ven bien apantallantes. De tanta madre que se meten, se ven bien y a veces uno se para a ver, pero ya que uno se da cuenta, dice, paso”, reconoce Alejandro y agrega que hay lugares donde los hombres vestidos de mujer son más en número que las propias mujeres que ofrecen el servicio.
Cerca de Los Mochis, cuentan los entrevistados, hay una comunidad donde las sexoservidoras llevan sus letreros de sanidad que certifican su estado de salud. “Con ellas si te puedes meter sin riesgo, pero luego los traileros que son de provincia se meten con quien sea y por eso se andan enfermando”.
Muchas de las sexoservidoras son migrantes que se dedican a esa actividad para reunir dinero y continuar su camino hacia Estados Unidos.
México, sin registros
En África se encuentra el mayor número de casos de VIH entre transportistas, según la Organización Internacional del Trabajo y la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF). Resultados del Foro Internacional para el Transporte Rural y el Desarrollo realizado en 2004, indicaron que en Kenya uno de cada cuatro camioneros daban positivo en las pruebas.
Alejandro, transportista independendiente y dueño de su propio trailer, refuerza la afirmación:
“Está cañón para saber cuántos o quiénes tienen la enfermedad. Entre los compas uno no anda presumiendo que se mete con ellas. Luego le cargan carrilla porque es de los que necesitan pagar por caricias. Así menos vas a decir que estás enfermo”, agrega Alejandro.
Benito Bahena, miembro del consejo de la ITF, reconoce que ni en México ni en la Zona Metropolitana del Valle de México “se dan a conocer las cifras de este problema entre los transportistas porque no las hay. No tenemos estadísticas de los infectados y muchos menos hay campañas para su atención”.
En entrevista y aunque no ofrece cifras aproximadas, alerta que el número de transportistas infectados “crece cada vez más”. Entonces, hace “un severo llamado” a las instituciones de salud para que los ayuden en la prevención y atención de este fenómeno entre los “dueños del volante pesado”.
Un saludo
Comité Coordinador
José Angel Aguilar Gil
Información Red Electrónica
Ricardo Fonseca Ceja
Ma. de Lourdes Camacho Solis
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