sábado, octubre 24

En PRO del Autoerotismo**


Sandra Peniche Quintal*

México DF, octubre 22 de 2009.
Fue el martes pasado cuando al transitar por el hospital Juárez, la vi parada en la esquina del camión, sin acercamientos para no demeritar la imagen, con los brazos cruzados a la altura del estómago. El jueves, vi a otra en la esquina del Centenario y ya no recuerdo dónde, vi a todas, a la banda de las rosadas que auspiciadas y promovidas con recursos públicos, realizan una campaña a favor de que la gente se toque.
Y como Usted se ha adelantado a pensar, ante tanta urgencia de la publicidad que nos implora que nos toquemos, pues claro está, lo hice. Si, me toqué y lo sentí muy bonito. Me acaricié suavemente, en círculos, lento primero y con mayor rapidez después; lo hice primero con un pie, luego con el otro y debo decirles que fue muy placentero, sobre todo con la plaga de moscos que azota la ciudad y el estado. De las manos, nada. Con las manos nada, ya que ese es el mensaje que transmiten la banda de las rosadas al tener todas sin excepción los brazos cruzados en un claro mensaje de no tocarse.

Viene bien una campaña para promover el autoerotismo o masturbación como comúnmente le llamamos. Y digo que es conveniente, porque Usted no tiene ni idea de la cantidad de infecciones de transmisión sexual que existe en Yucatán, sobre todo en las zonas urbanas, principalmente en Mérida. Gonorrea, clamidia, tricomona, chancros, herpes, papiloma y hasta ladillas y sarna, además del VIH o virus de la inmunodeficiencia humana. Por eso estoy muy feliz de que promuevan la masturbación con recursos públicos como un elemento central en la prevención de enfermedades de transmisión sexual y de paso, contra el embarazo no planeado.

Estimulando el autoerotismo, es una forma de sexo seguro, aún para quienes no tienen pareja o para quienes por la edad, les es más favorable estimularse autónomamente. Sin embargo, eso de hacerlo con los pies, es una complicación, porque para quienes tenemos barriga, o dificultades motoras o problemas de osteoporosis, significaría un gran peligro porque podríamos quedarnos atoradas con un tremendo esguince lumbar o torcedura del bobox si estamos de suerte o acabar con una fractura de cadera.

Así que estimada lectora y estimado lector, mejor siga haciendo lo que acostumbra, aunque si puede, esta variedad que recomienda la banda de las rosadas, es también satisfactoria. Solo hágalo con cuidado.

Las de la banda de las rosadas están entre los cuarenta y más de sesenta años, así que no estarían pensando en la impetuosa juventud aunque quizá fueron engañadas o lo que representan es lo que no tendrá la mayoría de las mujeres: escaparate para lucirse, aunque sea en las esquinas de los camiones.

De hoy en adelante, en Yucatán deberemos estar atentas y atentos a las banalidades disfrazadas de campañas de salud, máxime cuando se conoce que quienes forman la banda de las rosadas, no se han preocupado por la salud de las mujeres y sí en cambio han obstaculizado la prevención de las infecciones de transmisión sexual, del embarazo no deseado, del embarazo adolescente y del virus de la inmunodeficiencia humana.

Utilizar la real preocupación de las mujeres por su salud sexual para convertirla en mercancía que se canjeará por votos en las próximas elecciones, es el colmo de la superficialidad y el arribismo político-mercantil. No se les puede pedir una actuación ética porque sobran ejemplos de su actuar en contrario, pero eso, Ustedes, lectores y lectoras, ya lo conocen.

Las vidas no se “salvan” con frases de mercadotecnia, las vidas se construyen mejorando las oportunidades de bienestar y felicidad y eliminando los obstáculos que existen y que producen sufrimiento, carencias y malvivir, así como universalizando el acceso a los servicios de salud de calidad. Ya basta de utilizar a las mujeres, sobre todo a las más pobres. Ya basta de tanta ignominia en contra de las mujeres.

Las mujeres de carne y hueso, son diferentes a las que se muestran como las mujeres del rancho que no poseen nada propio, dan su cuerpo, su vida, sus ilusiones y su integridad, por la posibilidad de ser mantenidas como la mejor vaca suiza, con buena pastura, de feria en feria, mostrada en todos los escenarios posibles para lucimiento de su dueño quien exhibe a sus becerros como logro suyo, como si el semen fuera de él y no del otro toro, con las ubres llenas mientras son productivas. Después, van para el rastro o las mantienen en exhibición en las ferias de pueblo como reminiscencia de lo que fueron, mientras el toro monta a la nueva. Es una vida vacía, aunque esté llena de cosas y de cargos al limón.

Las mujeres de carne y hueso, las mujeres sin recursos económicos para solventar chequeos médicos de útero, ovarios y pechos, requieren de políticas públicas y programas que atiendan esas necesidades. Las mujeres de carne y hueso no trafican con sus pechos, esos, lo usan para amamantar, para generar vida.

La salud de las mujeres, no es un juego más de la política de establo. Respeto Señoras. El dinero público debe invertirse en la salud de las mujeres, no en publicidad para las próximas candidaturas. Mujeres: mucho OJO, no se dejen engañar.

*Fundadora y directora de la Unidad de Atención Sicológica, Sexológica y Educativa para el Crecimiento Personal (Unasse), en Mérida, Yucatán.
**Texto reproducido en NotieSe con la autorización de la articulista

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