miércoles, julio 21

No son uno… ni cien… sino que para saber… ¡hay que contarlos bien! Ir a Galería


Marchan miles para mostrar orgullo gay y en contra de la homofobia
Leonardo Bastida Aguilar

México DF, junio 26 de 2010.
“Calderón no seas cobarde” fue la consigna de miles de personas que asistieron a la XXXII Marcha del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Trangénero, Travesti e Intersexual (LGBTTTI) en reclamo al decreto emitido por el Ejecutivo federal que proclama al 17 de mayo como Día de Tolerancia y Respeto a las Preferencias en lugar de Día Nacional de Lucha contra la Homofobia.

Al filo de las 12:30 horas y luego de leer el pronunciamiento de la Marcha, miles de asistentes tomaron el Paseo de la Reforma y exigieron respeto a sus derechos sociales como la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en todos los estados de la República, la adopción de niños y el acceso a seguridad social.

“¡Oleeé, oleeé, oleeé, oleeé…soy gay, soy gay…!” se escuchaba de fondo, al igual que el coro de la controversial canción del salsero Willie Colón, “Simón”, “Soy Simón tu hijo, el gran varón…”.

Playeras, gorras, banderas, antenitas con penes de plástico, pulseras, suéteres, tazas, e incluso libros y cine de arte gay, se vendieron a lo largo de la avenida más importante de la ciudad, que vistió los colores del arcoiris por algunas horas.

Diferentes estados del país hicieron acto de presencia. Contingentes de Jalisco, Puebla, estado de México, Morelos y Nuevo León, entre otros, se sumaron a la marcha capitalina. El colectivo transexual de Hidalgo mostró su pesar y exigió justicia para esclarecer y castigar al responsable de la muerte de Fernanda Lavalle, chica transexual asesinada la semana pasada.

La cantante Mary Boquitas fue el centro de atención de un tráiler que transmitía en tiempo real por Internet los pormenores de la marcha. Las consignas de antaño mediante las cuales los asistentes exigían reconocimiento y respeto a sus derechos parecían haber quedado atrás. Al menos, para los tripulantes de este vehículo, cuyas “consignas de lucha” se sintetizaban en frases como: “¡Arriba los putos” y “¡Queremos ver la verga de una vestida!”.

A cambio de una playera, el animador del tráiler pedía a gritos que una chica transexual le mostrara su reasignación de sexo. “¿Ya se cansaron?”, preguntaba para enseguida exclamar una y otra vez “¡Arriba los putos!”.

En contraste, el contingente de la organización civil Católicas por el Derecho a Decidir portaba orgulloso una bandera gay con una leyenda que rezaba: "¡Monsi está presente!" en claro homenaje al ensayista Carlos Monsiváis recientemente fallecido.

Desde temprana hora la organización civil Aids Healthcare Foundation (AHF) instaló –a escasos metros del Ángel de la Independencia-, un módulo para realizar pruebas rápidas de detección del VIH, así como para repartir entre los transeúntes condones e información sobre la epidemia.

Entre el barullo y alegría de la marcha, los integrantes de AHF aplicaron –de las 10:00 a las 17:00 horas-, 410 pruebas, de las cuales 25 resultaron positivas a la epidemia. Esos casos fueron canalizados a la Clínica Especializada Condesa.

La diversidad se hacía presente en todos los contingentes. Hubo algunos en los que no se pedía apoyar la causa gay, sino a la ¡Selección Mexicana de Fútbol ante su juego de mañana contra Argentina! Otro tráiler incitaba al baile con ritmos norteños. “¡Mamá el mechón!”, “¡préndeme el mechón!” rugía la bocina.

Gente de Argentina, Suecia y Venezuela, entre otras naciones, se sumó al festín. Adelitas, charros y todo lo referente a la mexicanidad se hizo presente a lo largo de la Marcha para justificar su nombre como la del “Bicentenario”

Un malentendido, dijeron las autoridades locales, provocó que los vehículos y algunos contingentes no pudieran continuar su camino hacia la explanada del Palacio de Bellas Artes. Los grandes huecos en la marcha que no logró aglutinarse, confundieron a los policías quienes pensaron que la movilización había terminado.

Mientras tanto, en el templete principal el activista Antonio Medina, pedía a quienes ya había llegado a la avenida Juárez, regresar a Paseo de la Reforma para mostrar que aún no culminaba la marcha.

El desacuerdo se solucionó alrededor de las 16:30 horas y casi 100 mil personas pudieron continuar su camino, no así los vehículos que se quedaron en Paseo de la Reforma.

“¡Zócalo!, ¡Zócalo!” era una de las consignas más coreadas por los grupos más jóvenes y radicales de la Marcha. El hecho de que el trayecto no llegara hasta la Plaza de la Constitución aún era motivo de discusión entre los contingentes. Sólo las agrupaciones de estudiantes siguieron.

Ritmos de salsa, música electrónica, cumbia y pop fueron el fondo de un año más de festejos para la comunidad LGBTTTI, que de nueva cuenta hizo suyo el primer cuadro de la ciudad y mostró que no son uno… ni cien… sino que para saber… ¡hay que contarlos bien!

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