jueves, julio 29

Alcohol “amigo invisible” del VIH, advierten científicos


La bebida favorece relaciones sexuales desprotegidas, señala The Lancet
Mujeres más propensas a violencia sexual por parte de sus compañeros

Leonardo Bastida Aguilar-enviado

Viena, Austria, julio 20 de 2010.
“El alcohol es una droga que tiene un efecto masivo pero oculto en la transmisión del VIH”, asegura la investigación realizada para la revista The Lancet por la doctora Katherine Fritz, del Centro Internacional de Investigación sobre Mujeres, cuya edición especial titulada “El VIH en las personas usuarias de drogas”, fue presentada en la XVIII Conferencia Internacional de Sida.

“El uso del alcohol se asocia con el VIH/sida y las prácticas sexuales de riesgo que conllevan a la infección como el sexo no protegido, el recurrir al sexo comercial y el no tener una sola pareja sexual”, advierte el estudio.

De acuerdo con el texto, las mujeres son más vulnerables al VIH al momento de consumir bebidas alcohólicas debido a que son susceptibles de sufrir violencia sexual por parte de sus compañeros masculinos al encontrarse en estado etílico.

“Las mejores tácticas para erradicar los riesgos de infección del VIH debido al consumo del alcohol son los implementados por los bares gay desde la década de los 90 en los que se determinó cambiar el comportamiento de los bebedores para reducir las conductas sexuales de riesgo”, advierte la publicación.

El documento aborda el incremento de la infección de VIH en los usuarios de drogas inyectables (UDI), los cuales son alrededor de 16 millones, y de ellos, 3 millones son seropositivos, del gran estigma y discriminación que sufren y les impide acceder a atención médica.

Así, se analizan 12 mitos en torno a este sector de la población que han impedido el diseño de programas de atención efectiva y han provocado un estigma y discriminación hacia estas personas, lo que se refleja en que solo 10 por ciento de UDI accedan a programas de intervención efectiva contra el VIH alrededor del mundo.

Investigadores de la Universidad de Yale mostraron como el uso de drogas inyectables no sólo propicia la transmisión del VIH sino que los UDI con VIH están en grave riesgo de adquirir tuberculosis, hepatitis, infecciones bacteriales y enfermedades mentales.

Sin embargo, la revista no sólo analiza el caso de los UDI sino también de los consumidores de otras drogas como las anfetaminas.

La última sección de la publicación está dedicada a la defensa de los derechos humanos de los UDI con la finalidad de que se le garantice una atención médica adecuada y se les deje de criminalizar y perseguir en muchos países.

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