jueves, mayo 21

Mensaje al viajero (4)




No he visto a tu gato

Cómo estás. Hace días que no sé mucho de ti, al parecer Centroamérica está más lejos de lo que imaginaba.
Porque te busco y te busco. Y nada.
Espero que la estés pasando bien.
Supe que ya andas por Panamá. Me da mucho gusto. Yo aquí sigo trabajando. Ya sabes, escribir, escribir, y escribir. Todos los días.
A todas horas.
Uno tras otro, textos y textos. Lo mismo de política que de influenza; de cancilleres, que de discriminación; de delitos electorales y de declaraciones de los ex presidentes.
México n se detiene.
Decía el otro día Karina en el facebook: vamos de circo en circo.
Es cierto. A veces como que el país se nos demorona y se vuelve un difícil rompecabezas de mil 500 piezas.
Te cuento que hice, hace unos minutos, un texto muy bueno. Ya lo subiré mañana al blog para que lo leas. Es sobre un personaje que quizás no conozcas pero se llama Cirilo Saucedo.
Es portero de los Indios de Juárez: el equipo de futbol que todo el año luchó por no decesnder a a Segunda División y pelea las semifinales.
Por desgracia, en el primer partido, que fue hoy, perdieron 0-2 con el Pachuca. Ya veremos el partido de vuelta.
Ah, pero feliz porque ayer ganaron mis Pumas.
Les dimos 2-1 a los del Puebla, en el mismísimo Cuauhtémoc. Así que el sábado creo que en CU tendremos finalista.
Y vaya que están jugando bien.
Hace unos días pasé a tu casa.
Curioso: el sábado no estaba tu mamá, pero casi todo el domingo sí. No se si cambiaron su paseo, o qué sucedió.
Por cierto, van varios días que no veo a tu gato.
La última vez que lo miré fue hace como 20 días: estaba flaco y se está quedando sin pelo. No sé por qué. Hasta le tomé una foto: ya la verás.
Te cuento que todo por aquí está muy padre. Ha habido un poco de frío y durante esta semana inició la temporada de lluvias.
Pero eso me favorece porque ahora, además de vestir con traje, puedo lucir la gabardina negra que tanto me gusta.
Deberías de verme.
Nely y Nechy te mandan muchos saludos.
Seguido estamos hablando de ti. Cosas buenas, por supuesto. O quizás alguno que otro de tus berrinches, ¿lo crees?
Quisiera saber un poco más de ti.
Cuándo vuelves. Dónde andas. ¿Ríes con frecuencia?
Porque de eso se trata, de estar contentos.
Yo lo estoy con lo que hago.
Escribir y escribir y escribir me nutre. Es parte de mi esencia. Las letras me pertenecen; y a ellas yo.
¿Supiste que murió Benedetti?
Lamentable. No sé si te lo he dicho pero uno de los mejores libros que he leído en mi vida es precisamente La Tregua.
Soy fiel enamorado de Laura Avellaneda. Quisiera resucitar en Martín Santomé.
Creo que es una pérdida para varias generaciones. Deberías de ver en las redes sociales cómo se han repetido hasta el cansancio sus mejores poemas; los más cursis y conocidos, sobre todo.
Mi favorito:
Última noción de Laura, Benedetti ofrece un monólogo póstumo de Laura a su amado Martín. Unas palabras que, si se conoce la novela, calan hasta las últimas lágrimas y al anhelo del primer beso moribundo.
“Usted martín santomé no sabe / cómo querría tener yo ahora / todo el tiempo del mundo para quererlo / pero no voy a convocarlo junto a mí / ya que aun en el caso de que no estuviera / todavía muriéndome / entonces moriría / sólo de aproximarme a su tristeza”.
Y más adelante, sigue: “usted martín santomé no sabe / y sé que no lo sabe / porque he visto sus ojos / despejando / la incógnita del miedo / no sabe que no es viejo / que no podría serlo / en todo caso allá usted con sus años / yo estoy segura de quererlo así // usted martín santomé no sabe / qué bien qué lindo dice / avellaneda / de algún modo ha inventado / mi nombre con su amor”.

Y finaliza con unas palabras tristes, inmensamente dulces: “usted de todos modos no sabe ni imagina qué sola se va a quedar mi muerte sin su vida”.


Un beso. Tan intenso como distante.

Lluvioso jueves, ciudad de México, mayo 21, 2009.

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