¡Que se quede el infinito sin estrellas!: la cultura gay a fin de milenio traza una historia de la comunidad gay a partir del 68; analiza La estatua de sal de Salvador Novo; la Salomé de Oscar Wilde; la poesía de Elías Nandino; El beso de la mujer araña de Puig; las declaraciones de activistas metidos en la política, como las del primer concejal gay declarado, Harvey Milk, asesinado por Dan White… Y sigue con estudios de otros autores y obras de diferentes géneros artísticos, sociales y culturales, un libro que lucha por la visibilidad, por señalar los productos culturales de la amplia comunidad gay.
El autor, asimismo, hace hincapié en su satisfacción de que esta obra haya sido publicada dentro de la UAM. "Es importante" afirma, "que esta labor se haga en un espacio universitario que vuelve acoger un tema que en otros sectores podría ser objeto de censura. Ello no sólo revela un espíritu abierto y tolerante, sino que la Universidad considera necesario estudiar estos temas con la seriedad académica que requiere, un acto simbólico de reconocimiento a la diversidad. Es un basta al amarillismo, al escándalo, a la censura inquisitorial, a la morbosidad con que a menudo se aborda a las producciones de la comunidad gay".
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