Rocío Sánchez |
México DF, marzo 23 de 2009.
“El discurso de la pseudoinclusión e igualdad crea una realidad ficticia que confunde y repite la segregación para mantener una vez más en la práctica la doble discriminación, por ser lesbianas y por ser mujeres, revestida ahora por un disfraz de equidad de género; todo es falso”, se escuchó en uno de los discursos iniciales.
El contingente, integrado por más de 500 mujeres, estuvo encabezado por algunas madres de adolescentes y niñas asesinadas en la fronteriza Ciudad Juárez. Esta denuncia es totalmente congruente con la lucha feminista que enarbola el movimiento lésbico organizador de la marcha, dijo Yan María Castro, integrante del Comité Organizador de la Marcha Lésbica (Comal).
Reunidas en la plancha del Zócalo, las activistas demandaron la aplicación de la Constitución Política mexicana, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, lo cual permitiría el derecho al aborto legal en todo el país, así como el libre acceso a métodos anticonceptivos. También pidieron la creación de un Consejo Nacional de Lucha y Prevención del Cáncer Mamario y Cérvico Uterino.
Las activistas afirmaron que “la Sociedad de Convivencia no es ningún avance” y sólo recuerda que la ciudadanía en México es tratada de forma diferenciada y discriminatoria, por lo que exigieron derecho al matrimonio, a la pensión y a la seguridad social de las parejas del mismo sexo.
Para las mujeres lesbianas, demandaron el acceso a la reproducción asistida y el derecho a la visita íntima cuando una de ellas esté en reclusión. Criticaron la actuación de jueces de lo familiar que toman la orientación sexual lésbica como causal de la pérdida de la patria potestad de los hijos e hijas “basados en prejuicios machistas y discriminatorios”.
En charla con los medios, Yan María Castro explicó que esta marcha se realiza sin hombres homosexuales porque “vivimos realidades diferentes; el homosexual es hombre y goza de los privilegios que la sociedad les otorga por ser varones”, mientras que la lucha lesbiana está íntimamente vinculada a la lucha de todas las mujeres. No obstante, algunos jóvenes se sumaron al grupo.
En su oportunidad, lesbianas del estado de México criticaron al gobierno de Enrique Peña Nieto porque a pesar de haber hecho “campaña con bandera gay”, hoy la comunidad de la diversidad sexual está olvidada. Advirtieron que no permitirán más abusos en la entidad; “estaremos haciendo presencia en las próximas campañas, acercándonos a las ciudadanas de la diversidad sexual para que hagan un voto consciente”.
El contingente partió, en punto de las 16:00 horas del Zócalo, para seguir sobre la calle de Madero, después recorrer la avenida Juárez y culminar en el Monumento a la Revolución, donde llevaron a cabo una jornada cultural.
Mujeres de Latinoamérica también marcharon
La tarde previa, cientos de mujeres participantes en el XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe también tomaron las calles del Centro Histórico al efectuar la marcha que culminó el evento.
En un ambiente festivo, las feministas caminaron desde el Ex Convento de Regina Coelli hacia la explanada del Palacio de Bellas Artes, donde la batucada animaba la concentración. Ninguna quiso hacer un pronunciamiento personal o de grupo, prefirieron continuar con las consignas que resumían sus protestas.
“¡Si el Papa fuera mujer, el aborto sería legal!”, “¡Nosotras parimos, nosotras decidimos!”, “¡Ni una más, ni una más, ni una asesinada más!”, “¡No, no, no me da la gana ser una mujer sumisa y abnegada!”, fueron algunos de los gritos que acompañaban las miradas de curiosidad y los gestos de simpatía de los transeúntes.
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