Christian Rea Tizcareño |
México DF, marzo 06 de 2009.
Por asumir que Jesucristo nunca condenó a quienes se sienten atraídos erótica y afectivamente por personas de su mismo sexo, a través del libro Iglesia católica y homosexualidad, el sacerdote yucateco Raúl Lugo Rodríguez enfrenta un juicio ante las autoridades eclesiásticas.
En el texto -publicado en Madrid, España, en 2006- Lugo insta a la Iglesia a erradicar la homofobia, así como a ofrecer “comprensión y servicios pastorales” a los “hermanos” gays y lesbianas. Asimismo, pide perdón “porque no he sabido apreciar el don del cuerpo y de la sexualidad, porque he puesto reparos al placer y lo he considerado algo bajo, sucio y despreciable, porque he preferido seguir a Agustín de Hipona en lugar de fijar mis ojos en Jesús de Nazaret”.
La Congregación para la Doctrina de la Fe estudió el libro y envió un documento con diversas observaciones a la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), instancia a la cual fue turnado el caso y que a su vez mandó una carta a la Arquidiócesis de Yucatán, para solicitar la retractación de Lugo.
La misiva, que se filtró a la prensa local, fue enviada por indicación de Leopoldo González González, obispo auxiliar de Guadalajara y secretario general de la CEM. NotieSe solicitó una copia en la oficina del prelado, en donde contestaron que el documento “sí existe”, mas no se puede revelar, pues “se expidió con carácter de confidencialidad, vía Nunciatura, al arzobispo (de Yucatán, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán)”.
De acuerdo a fuentes que prefirieron mantener el anonimato, la CEM le fijo a Lugo 20 días para contestar por escrito a la alta jerarquía y además le ordenó no hablar del tema en público durante este lapso. El tiempo establecido ya expiró; sin embargo, el sacerdote no puede dar a conocer el contenido de su respuesta porque Berlie Belaunzarán se encuentra de viaje.
Al respecto, el teólogo Fray Julián Cruzalta opinó que “es terrible, parece época medieval. Lugo es un experto en Biblia. Le tienen miedo a la investigación. En Roma no comprenden que a él le toca abrir nuevos caminos en un tema en el que estamos en pañales dentro de la Iglesia”.
A su vez, Carlos Méndez Benavides, director del albergue Oasis San Juan de Dios, en donde el padre Lugo da asistencia espiritual a personas que viven con VIH, declaró en entrevista que el clérigo continúa con sus labores sacerdotales. “Está muy tranquilo, fiel a sus convicciones. Nos ha demostrado que es un verdadero pastor en la defensa total de los derechos humanos y que lo que realmente nos heredó Jesús fue luchar por una sociedad de equidad. Estamos con él hasta donde él quiera”.
Aseguró que el padre Lugo, al igual que don Raúl Vera, obispo de Saltillo, Coahuila, “son pequeñas luces de esperanza que nos dicen que la Iglesia tal vez cambie, sea más incluyente y democrática”.
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