jueves, junio 11

Fase final: las condoneras llegan a Panamá


Mario Alberto Reyes- enviado

Panamá, Panamá, mayo 20 de 2009.
La modernidad se aprecia desde el instante mismo de cruzar Paso Canoas, la frontera que divide a este país del territorio costarricense. Aunque con leves trayectos en deterioro, a diferencia del resto de la región, la mayor parte de la red carretera está en perfectas condiciones.

Aparentemente Panamá carece del rigor ecológico de su vecino Costa Rica. La tala ha hecho mella en cientos de hectáreas para alimentar a las cabezas de fino ganado que han sustituido a miles de árboles. Aún así, su riqueza natural incrementada por las cristalinas aguas de decenas de ríos, es abundante.

El auge económico experimentado desde hace un lustro se refleja en las modernas y altas edificaciones que se erigen en Punta Pacífica, uno de los complejos inmobiliarios más exclusivos. Aquí se construye el que será el edificio más alto de la región. Tendrá 110 pisos.

La economía panameña se encuentra dolarizada desde 1902. En los años 40 del siglo XX las autoridades intentaron sustituir la divisa estadounidense por el balboa. El esfuerzo no funcionó. Inexplicablemente las reservas que respaldarían a la moneda nacional se esfumaron del banco central.

Los panameños se muestran orgullosos del progreso económico iniciado en 2003. En ese entonces el desempleo afectaba a 6.5 por ciento de la población. Ahora, las cifras oficiales indican que sólo 2.8 por ciento de la Población Económicamente Activa se encuentra sin trabajo.

Los modernos y elevados edificios de toda la ciudad hacen parecer a Panamá como una de las ciudades más vanguardistas y cosmopolitas no sólo de Centroamérica, sino de todo el continente. La cinta costera sobre la cual se encuentran, es una moderna carretera en proceso de construcción cuyo costo una vez concluida, ascenderá a 189 millones de dólares.
Sobre las calles circulan costosos automóviles. Los centros comerciales exhiben caras mercancías y albergan a numerosas empresas transnacionales. No obstante el indiscutible desarrollo, las flotillas del transporte público están conformadas por unidades de más de 30 años de antigüedad. Para viajar en ellas, cada pasajero debe pagar 25 centavos de dólar.

Lejos parece haber quedado el 20 de diciembre de 1989, fecha en la que las tropas estadounidenses invadieron y bombardearon este país para capturar al general de las desaparecidas Fuerzas de Defensa, Manuel Antonio Noriega, a quien acusaron de estar vinculado con el narcotráfico. En ese entonces, el presidente de la República de Panamá era Francisco Rodríguez.

Para la mayor parte de los 3.5 millones de panameños, el general Omar Torrijos constituye un personaje emblemático, pues fue él quien el 7 de septiembre de 1977 firmó al lado de James Carter, entonces presidente de los Estados Unidos, el tratado mediante el cual los estadounidenses entregaron el control del Canal de Panamá el 31 de diciembre de 1999.

Conocer el canal se convierte en una experiencia única. El lugar encierra buena parte de la historia panameña, de Centroamérica, y de la Guerra Fría. Su construcción comenzó en 1881 a manos de los franceses. No resistieron el dengue y la malaria. Los estadounidenses retomaron la magnífica obra en 1903 y fueron quienes la concluyeron en 1914.

El canal mide 80 kilómetros desde las aguas profundas del Caribe hasta el Océano Pacífico, emplea a 9 mil 500 personas y genera a diario tres millones de dólares. Los países que mayor número de embarcaciones envían a este punto son Estados Unidos, China, Japón, y Corea del Sur.

Los avances de la ingeniería se hacen notorios en el Puente de las Américas, cuya altura de 160 metros sobre el canal y parte del Océano Pacífico, permite a cientos de automovilistas cruzar de este a oeste la capital en un par de minutos.

De esta manera, Panamá, cuyo nombre significa “Abundancia de flores y peces”, es el penúltimo país que el Condomóvil visitará como parte de la Primera Gran Ruta Centroamericana de VIH 2009, con el objetivo de promover la prueba rápida de detección del virus que permita a quienes han sido afectados por la epidemia acceder a un oportuno y eficaz tratamiento médico.
*NotieSe agradece la precisión de los datos históricos a Ana Benjamín, periodista del diario panameño La Prensa.

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