Ma. Teresa Montaño
TOLUCA, Méx.— Los portadores del VIH-Sida no sólo sufren discriminación social y laboral, ya que ahora han surgido a la luz los primeros casos de niños, mujeres o jóvenes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida, que son rechazados y estigmatizados en el seno mismo de su hogar.
De hecho, los enfermos de VIH-sida son uno de los sectores de la población a los que se considera más desprotegidos en México, debido a que este grupo es el tercero más discriminado en nuestro país, sólo después de los adultos mayores y los indígenas, indicó Lizandra González Hinojosa, subdirectora de Atención a Grupos en Situación de Vulnerabilidad de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México.
Aseguró que de acuerdo a la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, este grupo ocupa el tercer lugar con 14.5% del total de personas excluidas; el segundo lugar corresponde a indígenas, mientras que el primero lo ocupan los adultos mayores. Reveló que de las cinco quejas de discriminación iniciadas por igual número de pacientes, al menos dos tienen que ver con personas que sufren la discriminación directa de sus seres queridos.
Mencionó que estos casos aislados son reflejo de la realidad que viven los portadores del VIH-sida, ya que es en el propio seno familiar donde se gestan las primeras actitudes de rechazo hacia estas personas, consideradas dentro del catálogo de “grupos vulnerables”. Tras presentar un informe de labores sobre las actividades que realiza el ombudsman mexiquense a favor de este sector, la especialista sostuvo que la pandemia del sida se ha globalizado, pero sobre todo “feminizado”, pues 50% de los enfermos o portadores, son mujeres, a diferencia de hace 20 años, cuando más del 70% eran hombres.
Dijo que ante esta situación es urgente que las mujeres adopten un papel más activo en el ejercicio responsable de su sexualidad.
Un saludo
Comité Coordinador
José Angel Aguilar Gil
Información Red Electrónica
Ricardo Fonseca Ceja
Ma. de Lourdes Camacho Solis
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