Natalia Gómez Quintero
En sólo unos minutos llegó al hospital directamente a Urgencias, pero la parte dañada ya estaba de color negra, inflamada y torcida como “una berenjena”. Esa fue la palabra que el urólogo utilizó para describir las características de la fractura de pene de Luis, provocada momentos antes, por un movimiento brusco y desatinado durante una relación sexual.
“¡Aaaaaaaaaghh!”, fue el grito que detuvo el movimiento frenético que Luis mantenía con su pareja. En cuestión de unos segundos pasó del placer al dolor, pues accidentalmente su pene había salido de la vagina para estamparse en el área púbica de ella, provocando un chasquido, la perdida de la erección y la inevitable flacidez. Luego vino la angustia de no saber exactamente lo que había sucedido. Y de inmediato fue al hospital.
La lesión de Luis, que consiste en la ruptura de uno o los dos cuerpos cavernosos del miembro sexual masculino, es poco frecuente. Se calcula que a los servicios de urgencias llega uno por cada 175 mil admisiones. En el Hospital General de México se atienden al año unos 10 casos, pero no hay un registro de cuántos hombres han acudido a clínicas privadas luego de sufrir este accidente.
Asociaciones internacionales de urología han identificado que entre 33% y 58% de los traumatismos que originan una fractura de pene ocurren durante el coito, por salida del pene de la vagina y posterior contusión sobre el periné o pubis de la pareja.
Las culpables
La posición más peligrosa que han identificado es la llamada “del jinete”, cuando la mujer está sobre el hombre en cuclillas y se impulsa hacia arriba y al caer, el pene no penetra en la vagina.
Algunos han escuchado también ese chasquido o rotura cuando la mujer, estando en esta misma posición de jinete pero con las rodillas recargadas, echa su espalada hacia atrás, lo que provoca un efecto de palanca.
En general, todas las posturas que impliquen una falta de cálculo o coordinación son delicadas y se consideran factor de riesgo para ellos.
Al consultorio también acuden hombres que describen que la fractura ocurrió durante una masturbación ruda o vigorosa, cuando obligaron a dicho órgano a entrar en el pantalón, al ser sorprendidos en caídas con el pene erecto, al amanecer con erección y realizar un movimiento en la cama que rompa la verticalidad e incluso durante accidentes viales, explica Alejandro Rueda Loaiza, cirujano urólogo del Hospital Los Ángeles del Pedregal.
Pero ¿cómo fracturarse durante un accidente vial? El paciente refirió que, antes del choque, su novia le había provocado una erección.
El médico explica que este tipo de lesiones suele presentarse en estado de excitación, debido a que la túnica albugínea que cubre los cuerpos cavernosos disminuye su espesor (de 2 mm en estado de reposo a 0.5 o 0.25 mm durante la erección) y consecuentemente su elasticidad y resistencia.
Por ello se explica que el dolor más intenso sea justo durante el quiebre de los conductos.
El programa de televisión Grey’s Anatomy, una de las series más vistas en Estados Unidos, ha reflejado este accidente en uno de sus capítulos, donde el doctor Mark Sloan, interpretado por Eric Dane, se produce una fractura de pene mientras practica sexo con una de las internas del hospital Seattle Grace.
La escena despertó la curiosidad en la audiencia a tal grado que la frase “fractura de pene” fue a las pocas horas de transmitido el programa, de acuerdo con Google, la búsqueda más realizada.
“Es algo meramente mecánico, no importa la edad, la raza, lo que comamos, si hacemos o no ejercicio, si eres heterosexual u homosexual, tampoco la obesidad o delgadez ni la longitud o el grosor del pene”, explica Rueda Loaiza, quien advierte que la cirugía, que en promedio dura una hora, es forzosa, especialmente porque se puede asociar con lesión uretral hasta en 38% de los casos, caracterizados por la presencia de hemorragia por la uretra e imposibilidad para la micción.
Las experiencias y las alternativas
“Siempre he tenido una bonita amistad con mi pene, nunca le he puesto un nombre estúpido como a una mascota, pero quería recuperarlo. Así que opté por la operación. Seis horas después de mi fractura entré al quirófano: me cortaron el frenillo, bajaron toda la piel hasta la base y tuvieron acceso libre para drenar la sangre y suturar el desgarro de 5 mm. Cuando me quitaron los vendajes, allí estaba: Franken-pene. Tenía 18 puntos y restos de sangre seca”, narra Carlos, un cibernauta español en su blog.
Hasta la década de los 70, el tratamiento se basaba en la introducción de un catéter por la uretra, un vendaje compresivo, hielo, analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos, así como sedantes para el control de las erecciones.
Para aquellos que no optaran por la cirugía, como Luis y Carlos, los urólogos visualizan escenas nada envidiables, pues advierten que una falta de tratamiento o uno muy conservador podría generar consecuencias tales como disfunción eréctil por el menor flujo sanguíneo, incurvación peneana, erecciones dolorosas, como del ámbito urológico: sobreinfección del hematoma peneano, obstrucción y dolor al orinar.
Según Rueda Loaiza, aún con la operación algunos hombres que sufrieron una fractura de pene y tardaron en atenderla, podrían presentar en un futuro una fibrosis que generaría la enfermedad de Peirone, que se caracteriza por darle al pene una apariencia curvada.
No obstante, las operaciones tienen en general buenos resultados: el hematoma dura por semanas y se presenta leve dolor en las erecciones. De acuerdo con especialistas, en tres meses se pueden presentar erecciones rígidas y sin deformidad, según el caso.
Luis se mentalizó para no tener erecciones y en casos extremos ser sedado, pero lo cierto es que el simple hecho de pensar en el dolor que le provocaba una erección lo desanimaba. Tuvo que permanecer seis semanas en reposo hasta que el médico le recetó ejercicio manual.
Con el tiempo pudo intentarlo de nuevo con su novia, sólo que esta vez con mucha precaución. El miedo a volver a sentir ese terrible dolor lo hizo ser cauteloso, al principio.
Un saludo
Comité Coordinador
José Angel Aguilar Gil
Información Red Electrónica
Ricardo Fonseca Ceja
Ma. de Lourdes Camacho Solis
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