“Si no somos parte de la generación del conocimiento, estamos relegados”, critica
Christian Rea Tizcareño
Christian Rea Tizcareño
México DF, agosto 11 de 2009.
La XVII Conferencia Internacional de Sida, realizada hace un año en esta ciudad, repercutió en poblaciones no involucradas con el tema y hubo voluntad política de actores clave. Sin embargo, la investigación clínica “es un poco nuestra pata coja”, señaló en entrevista Juan Sierra Madero, Jefe de la Clínica de VIH del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Salvador Zubirán.
Al término de la conferencia “El potencial de la investigación clínica en México”, el internista e infectólogo dijo que no se ha cumplido la meta fijada por la comunidad internacional de lograr que al menos 10 por ciento de los recursos destinados a la atención médica se liguen a proyectos de carácter científico.
“Si continuamos con una política de no favorecer la investigación clínica en todas las áreas, lo que hacemos es que nos convertimos en consumidores de conocimiento generado en otros lados. Si no somos parte de la generación del conocimiento, estamos relegados”, criticó el especialista en VIH.
En dos décadas de investigación clínica en VIH se han desarrollado 25 fármacos que han cambiado el pronóstico de la enfermedad. “Antes era necesariemente mortal, ahora es crónica, tratable, manejable, similar a muchas otras”.
Por su parte, la doctora Gabriela Dávila, directora de Investigación Clínica de la farmacéutica Pfizer, destacó que los proyectos científicos realizados en el área clínica no pretenden usar a los pacientes como “conejillos de indias”.
Tras afirmar que “un país sin investigación es un país estancado”, la neurofisióloga mencionó que en México no existe una regulación “clara” respecto a la aprobación de protocolos científicos destinados a evaluar la eficacia y la seguridad de los medicamentos.
De acuerdo a Dávila, países de Asia y Europa tienen las condiciones legales para permitir que los proyectos de investigación clínica arranquen “más rápido”, pues al mismo tiempo que se implementan los protocolos, se someten a las agencias reglamentarias. En México, los procesos son secuenciales y constantemente hay cambios en la regulación.
La crisis económica mundial y la militarización del país han repercutido en la investigación clínica nacional, reconoció la investigadora. “Yo entiendo el trabajo que está haciendo el gobierno, desde mi perspectiva, pero no nos está dejando en un buen papel en el sentido de que se han cancelado proyectos internacionales, que podríamos haber iniciado, porque lamentablemente no podemos ir a algunos centros que se dedican especialmente a eso, por la situación que estamos viviendo. Podríamos tener un potencial de crecimiento mayor si tuviéramos un ambiente mucho más tranquilo por decirlo de alguna manera”.
Para un México, con una población superior a los 100 millones de habitantes, en 2008 se sumaron más de dos mil científicos al Sistema Nacional de Investigadores, de los cuales, cerca de mil 400 corresponden a disciplinas médicas y de la salud.
“Un país con tanto potencial no puede tener tan pocos investigadores. Hay un estancamiento. En los últimos cuatro años no hemos crecido, al contrario, son cifras que se mantienen. Se dice que en el presupuesto nacional para investigación en 2006 era más o menos de un 7 por ciento. Hoy en día estamos hablando de un 5 por ciento”. La lista de patentes está encabezada por Europa y Estados Unidos. México “ni siquiera aparece”, lamentó Dávila.
La XVII Conferencia Internacional de Sida, realizada hace un año en esta ciudad, repercutió en poblaciones no involucradas con el tema y hubo voluntad política de actores clave. Sin embargo, la investigación clínica “es un poco nuestra pata coja”, señaló en entrevista Juan Sierra Madero, Jefe de la Clínica de VIH del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Salvador Zubirán.
Al término de la conferencia “El potencial de la investigación clínica en México”, el internista e infectólogo dijo que no se ha cumplido la meta fijada por la comunidad internacional de lograr que al menos 10 por ciento de los recursos destinados a la atención médica se liguen a proyectos de carácter científico.
“Si continuamos con una política de no favorecer la investigación clínica en todas las áreas, lo que hacemos es que nos convertimos en consumidores de conocimiento generado en otros lados. Si no somos parte de la generación del conocimiento, estamos relegados”, criticó el especialista en VIH.
En dos décadas de investigación clínica en VIH se han desarrollado 25 fármacos que han cambiado el pronóstico de la enfermedad. “Antes era necesariemente mortal, ahora es crónica, tratable, manejable, similar a muchas otras”.
Por su parte, la doctora Gabriela Dávila, directora de Investigación Clínica de la farmacéutica Pfizer, destacó que los proyectos científicos realizados en el área clínica no pretenden usar a los pacientes como “conejillos de indias”.
Tras afirmar que “un país sin investigación es un país estancado”, la neurofisióloga mencionó que en México no existe una regulación “clara” respecto a la aprobación de protocolos científicos destinados a evaluar la eficacia y la seguridad de los medicamentos.
De acuerdo a Dávila, países de Asia y Europa tienen las condiciones legales para permitir que los proyectos de investigación clínica arranquen “más rápido”, pues al mismo tiempo que se implementan los protocolos, se someten a las agencias reglamentarias. En México, los procesos son secuenciales y constantemente hay cambios en la regulación.
La crisis económica mundial y la militarización del país han repercutido en la investigación clínica nacional, reconoció la investigadora. “Yo entiendo el trabajo que está haciendo el gobierno, desde mi perspectiva, pero no nos está dejando en un buen papel en el sentido de que se han cancelado proyectos internacionales, que podríamos haber iniciado, porque lamentablemente no podemos ir a algunos centros que se dedican especialmente a eso, por la situación que estamos viviendo. Podríamos tener un potencial de crecimiento mayor si tuviéramos un ambiente mucho más tranquilo por decirlo de alguna manera”.
Para un México, con una población superior a los 100 millones de habitantes, en 2008 se sumaron más de dos mil científicos al Sistema Nacional de Investigadores, de los cuales, cerca de mil 400 corresponden a disciplinas médicas y de la salud.
“Un país con tanto potencial no puede tener tan pocos investigadores. Hay un estancamiento. En los últimos cuatro años no hemos crecido, al contrario, son cifras que se mantienen. Se dice que en el presupuesto nacional para investigación en 2006 era más o menos de un 7 por ciento. Hoy en día estamos hablando de un 5 por ciento”. La lista de patentes está encabezada por Europa y Estados Unidos. México “ni siquiera aparece”, lamentó Dávila.
1 comentario:
Hola! vas muy bien con la investigación es muy importante estar informado sobre una enfermedad tan terrible, solo que hace falta mas información de centros especialista para atender ha personas con el VIH, a lo mejor no te corresponde esa parte pero si lo pudieras agregar a tu pagina seria genial.
Muchas gracias...
Ojalá y puedas poner este tipo de información.
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