miércoles, septiembre 16

Zapatos, sangre y ropa: los rastros de la violencia hacia las mujeres


Cicatrices. Cortesía: Carla Ibarra
Óscar Salvador

México DF, septiembre 10 de 2009.
Tocar, chupar, lamer, morder, acariciar, penetrar, besar… ¿Matar? ¿Por qué los cuerpos de las mujeres están sujetos a esto y más? Mediante la expresión artística, Violencias representa la vejación, pobreza o segregación como símbolos de la misoginia aún persistente en México.

Carla Ibarra, Georgina Santos y Ángel Solano utilizan ropa, zapatos y sangre como algunos de los diversos rastros de la violencia ejercida contra las mujeres, siendo el feminicidio la más grave.

Para Ibarra, la ropa es testigo mudo de las agresiones, y “la piel es un rezago de la memoria; de esta manera, los vestidos toman el lugar del cuerpo”. Con papel higiénico reconstruye formas femeninas que evidencian las cicatrices físicas y sicológicas inherentes al maltrato de las mujeres.

Treinta y tres desgastados zapatos femeninos de distintos tamaños cuelgan atravesados por un fino tubo de metal inoxidable recordando a las 33 mujeres y niños muertos en Acteal. Georgina Santos crea su obra con objetos encontrados en zonas indígenas. Estos zapatos “son para mí la evidencia de la pobreza y el abandono fortísimo en las mujeres”.

Santos explicó a NotieSe que atravesar los zapatos es recordar que todos los días “padecemos violencia, como sucedió en Acteal. El acero inoxidable resalta entre los zapatos negros manchados de tierra reflejando “el sufrimiento de la mujer y la trasgresión que sufren todas las personas”.

Sudario: 28 rostros dibujados con sangre menstrual es la forma que Ángel Solano encontró para reflejar la violencia que viven las mujeres, sobre todo en Ciudad Juárez. “Desde mi perspectiva, la misoginia y el machismo son el inicio de la homofobia: el rechazo a lo femenino es el punto nodal de muchos males en el país”, dijo a esta agencia el artista.

Solano investigó sobre los feminicidios en Ciudad Juárez en la organización civil Nuestra Hijas de Regreso a Casa. Ahí fue donde escogió 28 fotografías para conformar su obra con la sangre menstrual donada por cinco mujeres.

“Que yo como hombre les preguntara ‘¿cuándo empieza tu período menstrual?’, generaba un choque, porque socialmente es bien fuerte que las mujeres compartan este aspecto tan íntimo. Pero fui encontrando personas comprometidas con esta situación y me donaron la sangre para Sudario. Escogí, de muchísimas fotos, 28, con la connotación del ciclo menstrual y representando la violencia como un ciclo que también se repite”.

La exposición Violencias estará abierta hasta el 25 de septiembre de 2009 en la estación Candelaria de la línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, dirección Pantitlán.

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