miércoles, junio 10

¡Y lo hicieron muy bien!


Chinandega, Nicaragua, mayo 15 de 2009.
“Salve a ti Nicaragua. En tu suelo ya no urge la voz del cañón,
ni se tiñe con sangre de hermanos,
tu glorioso pendón bicolor”.
Fragmento del Himno Nacional de Nicaragua.
La plaza Salomón Ibarra Mayorga, nombrada así en honor del autor del Himno Nacional Nicaragüense, está ubicada a unos metros de la iglesia de Santa Ana –la más antigua de este municipio-, y es exactamente ahí a donde llega el Condomóvil para promover las pruebas de detección del VIH/sida entre los pobladores.
La pobreza es notoria en esta región de la nación que vio crecer a Rubén Darío, su poeta más representativo. Una buena parte de sus jóvenes se dedican a transportar personas a bordo de bicitaxis. El buen humor e incesante charla, los caracterizan.
“Somos tricicleteros”, dice Francisco a este reportero. Por cada viaje apenas cobran 10 córdobas, la mitad de un dólar. La mayoría son jóvenes menores de 25 años. Los quemantes rayos del sol que esta tarde provocan una temperatura aproximada a los 41 grados centígrados han tostado sus cuerpos dejándolos libres de grasa. Su anatomía podría ser la envidia de cualquier fisicoculturista.
Ahí, Las Condoneras prácticamente sudan la gota gorda. El calor las obliga a vestir con menos prendas. Inevitable el líquido corporal que corre por sus cuerpos y por los de todos los presentes. Es sofocante. Incluso para los lugareños. Su maquillaje se corre con el sol y los vestidos se humedecen.
Aún así, Yolanda la del Río (Polo Gómez), Lady Morgana Gender Fuck (Marco Aragón), Britney Sure Sheck (Bernardo Sol), y José Antonio Arias, no paran de trabajar en la aplicación de pruebas junto al personal del Centro para la Educación y Prevención del Sida (Cepresi), una organización civil dedicada a prevenir la epidemia mediante la información.
En este lugar, ubicado en el noroeste de la geografía nicaragüense, 44 personas se realizaron la prueba. Una de ellas positiva al VIH. Tal vez lo intuía y por eso no regresó por su resultado. Era un joven de aproximadamente 23 años de edad. No hubo oportunidad de canalizarlo a los servicios del Ministerio de Salud.
Dos horas dura la actividad. Los chinandegos reciben afectuosos a los tripulantes del Condomóvil y los despiden con una canción. “¡Nuestros amigos vinieron, lo hicieron. Nuestros amigos, vinieron, lo hicieron, lo hicieron muy bien!” Las porras y aplausos emocionan a los mexicanos que ahora deben partir hacia Managua para continuar con su proyecto que conjuntamente tienen con su patrocinador, Aids Healthcare Foundation.

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