Managua, Nicaragua, mayo 16 de 2009.
El mercado Roberto Huembes está ubicado al norte de esta ciudad. La llegada hace inevitable recordar el populoso barrio de La Merced, en el Distrito Federal. En el piso, canastas repletas de fruta son ofrecidas por mujeres de todas edades. Cargadores con pesados costales al hombro cruzan de un lado a otro sin cesar. Olores a verduras y legumbres invaden el sentido del olfato.
A este lugar llega el Condomóvil poco después del mediodía, listo para aplicar las pruebas de detección de VIH que, con el apoyo de Aids Healthcare Foundation, realiza en Centroamérica.
Desde que el Condomóvil se detiene, diversas personas se acercan a preguntar que habrá. Cuando se les explica el objetivo muestran sorpresa. Algunos se alejan. Otros, se dicen contentos y dispuestos a participar en el evento.
Este mercado es punto estratégico para los activistas mexicanos, puesto que además del intenso comercio, también es un sitio con altos índices de trabajo sexual. En la parte alta de la construcción hay bares, en los cuales, se reúnen hombres y mujeres en espera de algún cliente.
La capital nicaragüense alberga a 1.8 millones de habitantes. Su nombre en náhuatl significa “donde hay una extensión de agua”. Antes del terremoto de 1972 era una ciudad cosmopolita de gran importancia en la región, pero este hecho devastador, sumado al periodo de la guerrilla en los años 80, afectó gravemente su desarrollo.
Actualmente, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Nicaragua es el segundo país más pobre de la región después de Haití. A pesar de eso, los “nicas”, como ellos mismos se llaman, exhiben con ahínco y gran orgullo sus raíces culturales.
“Creo que en el ámbito cultural, en América solamente estamos por debajo de México”, externa Ariel González, integrante del Centro para la Educación y Prevención del Sida (Cepresi).
El condón gigante, de siete metros de altura y que sirve para atraer a la población, se erige en el centro del mercado. A su alrededor niños, adolescentes y adultos. Las mujeres son quienes en mayor número se acercan a realizarse la prueba de detección del VIH. Principalmente vendedoras y trabajadoras sexuales. Hacen una fila que por momentos sale de control.
Muchos curiosos. Algunos preguntan y se animan a recibir el pinchazo. Donald Guillermo Meléndez Castro, es uno de ellos. Joyero de profesión, tiene 64 años de edad y es originario de Estipula, un poblado cercano a Managua. Comparte que se hizo la prueba porque quiere proteger a su esposa e hijos.
“No tuve mucho miedo porque, con perdón suyo, no soy un prostituto. Cuando me dieron el resultado me sentí muy contento. Ahora tengo confianza de decirles a mis novias que no tengo sida. No acostumbro el condón pero lo haré para proteger a mi gente”.
Los números del VIH
En Nicaragua, el primer caso de VIH/sida se registró en 1987. Al primer trimestre de este año suma un total de 4 mil 100 casos acumulados. De acuerdo con Norman Gutiérrez, director del Cepresi, 95 por ciento de las infecciones fueron por vía sexual.
En charla con esta agencia, dice que 28 por ciento de los casos se detectaron en hombres que tienen sexo con hombres (HSH), 69 por ciento en varones heterosexuales, y 31 por ciento en mujeres.
Traducido en cifras, hasta el momento son poco más de 700 casos en HSH, 2 mil varones afectados por una epidemia concentrada principalmente en la población masculina. Dividida políticamente en 16 departamentos, Nicaragua registra en Chinandega la más alta tasa de prevalencia del VIH, tan sólo en Somotillo, uno de sus municipios, dicha tasa es de 15 por ciento, doble con respecto a la del país.
La prevención
La Comisión Nicaragüense de Sida (Conisida) es el organismo rector de combate a la epidemia y fue creada por la Ley 238. Según el activista, mediante la Conisida , autoridades y sociedad civil trabajan en la prevención. Agrega que otro de los retos a vencer es calcular de manera exacta el número de personas afectadas por la epidemia, pues existe un subregistro cercano a 50 por ciento.
El director del Cepresi dice que el gobierno encabezado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) no promueve las pruebas rápidas de detección de la epidemia. Hecho que resulta contradictorio porque prácticamente todos los postes del país tienen impreso un lazo rojo, símbolo de la lucha contra el sida.
Incluso en Managua, -donde la navidad no se ha ido del todo puesto que, como parte de los festejos por el 30 aniversario del triunfo de la revolución sandinista, los grandes árboles propios de esa época del año no han sido retirados-, al lado de grandes espectaculares con la foto del presidente Daniel Ortega y la leyenda: “¡Servir al pueblo es cumplir a Dios!”, hay otros que llaman a la prevención.
No obstante, continúa Gutiérrez, desde 2007 la administración del FSLN promueve la prueba voluntaria del virus en los centros de salud. De esta manera, al pasado 30 de marzo, se han detectado 225 nuevos casos de VIH, lo que equivale a dos infecciones por día en esta nación centroamericana.
Al final de la jornada, Polo, Marco, Bernardo y José Antonio, se muestran satisfechos con los resultados a pesar de que en esta ocasión no se caracterizaron como dragg queens, la premura del tiempo lo impidió. En total fueron 77 personas quienes se hicieron la prueba. Afortunadamente, ningún positivo.
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